Era un Real Zaragoza con el bolsillo pequeño y el corazón tamaño basílica del Pilar. Era una escuadra que aparcó los sueños para encarar, de frente y a los ojos, la realidad. Y se fue, por derecho, hacia la puerta de los títulos. Cuatro finales consecutivas, y dos Copas. Y, sobre todo y ante
todo, la certeza de que ese Real Zaragoza era grande, por todos los conceptos.
César Rodríguez, el "Pelucas", dirigía por tercer año al Real Zaragoza y el tren baturro seguía a todo vapor. En la Liga 62-63 el equipo acabó quinto, con dos positivos. Pero en la Copa, la máquina blanquilla tenía los motores a reventar. Para empezar doble 4-1 al modesto San Fernando.
El bombo le tendió una trampa vietnamitaal equipo, ya que el siguiente rival fue el Athletic de Bilbao, el más laureado en el torneo del K.O. El primer encuentro se disputó en San Mamés y el Real Zaragoza comenzó a desplegar un fútbol de calidad y temple que desconcertó a los vascos. Lapetra se erigió en la figura del partido. Pero la desgracia se cebó con los de César. Sáez centró y Santamaría, al querer despejar, alojó el cuero en las mallas de un desesperado Yarza.
La vuelta se presumía feliz para el Real Zaragoza, pero se torció. Carmelo, padre de Andoni Cedrún, estuvo genial bajo el marco rojiblanco y sólo Isasi pudo desnivelar la contienda.
Continuará.......
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