ESPAÑA YA SABE A POCO
REAL ZARAGOZA Y MARCELINO, GRANDES DE EUROPA
Cuando Sir Stanley Rous el hierático presidente de FIFA, entregó el trofeo a Yarza, la piel de gallina habitó en más de un mañ@. La emoción caminó de una grada a otra en el Camp Nou. Aquella noche, Zaragoza se volvió a lanzar a la calle. Luis Belló, el entrenador zaragocista, "voló" de nuevo en los hombros de sus pupilos. Y es que este Real Zaragoza había vuelto a hacer una de las suyas.
Pero el camino recorrido en aquella temporada europea del año futbolístico 63-64 no fue, precisamente, un paseo militar envuelto en vals de Strauss. El Real Zaragoza sudó sangre y tinta para llegar hasta la final de Barcelona. El proceso fue laborioso y sirvió para coronar rey a un equipo que, hasta ese preciso instante de gloria europea, era un modesto aspirante a ser alguien.
Ramallets era el entrenador del Real Zaragoza en los inicios de aquel mágico año. El cuadro blanquillo viajó hasta Salónica para enfrentarse al Iraklis, en el primer encuentro de la Copa de Ferias. Había recelos y un lógico temor: meses atrás, el Barcelona había sufrido lo indecible y terminó sucumbiendo a manos de la escuadra helena. Además, el césped del Estadio Kaftantzoglou, duro e irregular, no era amigo de los artistas del balón. Eso, al menos, decían los informes. Pero cuando se llegó a Salónica, una sorpresa morrocotuda: el césped no era el de Wembley, pero tampoco un patatal; se podía jugar perfectamente. Y eso hicieron los blanquillos.
Ramallets alineó a: Cardoso; Reija, Pepín, Zubiaurre; Isasi, Violeta; Canario, Duca,Marcelino, Villa y Lapetra. Desde el primer instante quedó bien claro quién era el dueño de la situación. El cuadro de Ramallets tomó la batuta. Por un lado, con el brasileiro Duca, por otro con Villa y Lapetra, junto a la inestimable contención de los poderosos Violeta e Isasi, el Real Zaragoza apisonó al Iraklis. Villa en dos ocasiones y Marcelino en otra, dejaron la eliminatoria para el arrastre.
El partido de vuelta fue meramente testimonial. Con un equipo cuajado de reservas, el Real Zaragoza volvió a aplastar a los animosos jugadores del Iraklis, que volvieron a llenar el zurrón de goles. Nada menos que seis tantos cayeron en el portal del abnegado meta Gravis. Para la historia los goleadores del Real Zaragoza fueron Canario y Sigi, y Murillo y Endériz, que hicieron dos tantos. El gol del honor griego los consiguió Liagnis.
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