A la orilla del mar, soñando a España
la veo en mí adentrarse y ser más mía,
purificada y alta en el recuerdo.
Llevo el agua a mis labios
como bebiendo de mi propia pena.
¿Es amargura tuya, mar inmenso,
o son sangres y lloros que te llegan
por los hermosos ríos desbordados
de chopos y de anhelos campesinos?
Del ensueño y la pena,
de los ojos cerrados, de los labios
por donde el aire suena España, España,
me naces hija y madre más hermosa,
más dolorida y honda,
y el sueño es recordar, ir agua arriba
por el río del tiempo
hasta tu tierna sencillez de aurora
o tu raíz de llanto.
ILDEFONSO-MANUEL GIL
1912
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