Tiene un momento el mar, en esas tardes
doradas, del verano, en que concentra
-traspuesto el sol y antes de las estrellas-
una tristeza aguda. Sus morados
de tránsito, indecisos, ¿ aún retienen
el recuerdo de la luz de los azules,
tan serenos, del día? Y vagamente
turbados ¿ se ensombrecen presintiendo
lo ignorado de la noche que ya llega
sin prever su belleza y su misterio?
Momento de nostalgia y de ternura
lo mismo que mi alma en sus crepúsculos:
llanto por lo que huye, y desconsuelo
de ignorar lo que viene, y esa herida
vaga de no saber lo que se anhela....
Desolación del mar, en esas tardes
serenas y doradas, del verano.
JUAN BAUTISTA BERTRAN
Me canta el mar 1956
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