¡PERO gracias por tanto libro abierto,
por los niños que juegan en la calle,
por el agua y la sed, por el pan tierno,
por las noches tan claras de buen amor,
por la vida puntual que se levanta,
por las hojas que brotan en el viento,
por la palabra pronta en mi trabajo,
por lo limpio, lo azul y lo sencillo,
por la hierba olorosa, por lo nuevo,
por el tiempo de amar y de esperar,
y por la gente amiga y desvelada
con la que yo comparto mi silencio.
ENRIQUE BADOSA
Poesía 1956-1971
Historias en Venecia 1971
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