Es tarde y estoy solo, fatigado.
Mi palabra y mi voz siento alejadas,
el silencio perdura y ha cerrado
mis ojos con cenizas aventadas.
Castigo mi dolor con recordadas
impaciencias del tiempo que no ha sido,
y en meditar y en ver estoy perdido,
no puedo abrir el libro que prefiero,
ni le doy nombre al día mal vivido,
ni alzo mi casa, pues la paz espero.
La palabra solemne está olvidada,
perdí la luz en tiempos agobiados,
en donde la esperanza es denegada.
No vienen pensamientos sosogados,
es necesario hablar y están vedados
los nombres de las cosas que he sabido.
Estoy lejos del tiempo redimido,
y en merecer tristeza persevero.
A nadie pido el bien ya concedido
ni alzo mi casa, pues la paz espero.
Si dicen: el amor...., pierdo mi nombre.
Si hablamos de paz, sigo callado.
Sólo puedo pensar que soy un hombre
que no sabe vivir y que ha buscado
la mala soledad......He procurado
recobrar la esperanza conocida,
pero el silencio queda por mi vida
y me cierra la puerta que requiero.
No encuentro la palabra compartida
ni alzo mi casa, pues la paz espero.
Digo mis oraciones,las medito
para ver lo que ha sido mi tristeza,
para ganar la paz que necesito
y el perdón que levante mi cabeza.
Me sé fuera de la ley. Sé mi pobreza
escrita en las paredes agrietadas;
y unas manos me acusan, elevadas
con gesto sentencioso y pregonero.
¿ Siempre diré palabras ignoradas ?
No alzo mi casa, pues la paz espero.
¡ Quiero vivir la espera en la esperanza ¡
¡ Quiero olvidar que tarda lo que quiero,
pues tal vez me aconseja esta tardanza
que alce mi casa, si la paz espero !
ENRIQUE BADOSA
Poesía 1956-1971
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