Quiero el amor enorme y sin riberas,
y mi pena también, sin meridianos.
Quiero morder los límites humanos
y del hielo saltar a las hogueras.
Sólo el alma se vuelca en torrenteras
de fantástica luz, si ardientes manos
me arrastran a sus grados más lejanos,
abismos de imposibles primaveras.
Redimiré así el alma de los planos
senderos que trilla el "cada día"
igualándome a las brisas marineras.
Como van los gitanos por la luna,
sangrando pura, ardiente poesía.
desnudo voy por mágicas esferas.
MARCOS ANA
Poemas de la prisión y la vida.
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