Soñar, siempre soñar,
con banderas y besos;
la libertad y el aire
soplando en mi cabello.
Campo y aire sin fin
- oh luz -, sin otro cerco
que el amor de unos brazos
enlazando mi cuello.
Soñar, siempre soñar,
con los ojos sin sueño,
que soy un hombre vivo
siendo tan sólo un preso.
Hay árboles y un río
fijos en mi recuerdo;
una infancia salvaje,
un dulce amor ingenuo,
y dos nombres grabados
en el chopo más viejo.
El cielo aquella tarde
era como un espejo.
El choperal tendía
para el amor senderos.
Todo era luz, la gloria
de mayo iba en mi pecho.
Un vilano de plata
se enredó en sus cabellos.
Acudí tembloroso
y con mis dedos trémulos.....
Sus ojos me invadieron
de aroma y sol.
El viento inmóvil, nos miraba:
fué aquel mi primer beso.
Soñar, siempre soñar
que vuelvo a todo aquello,
lo que dejé y ya nunca
encontraré al regreso.
MARCOS ANA
Poemas de la prisión y la vida.
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