DIBUJAR nuevas islas en los mapas,
saber quedarse solo y saber ir
junto con los demás, y preguntarse
qué debemos hacer con nuestras manos.
Escuchar al que es bueno y habla bien,
vivir la libertad con los amigos
y poder, para siempre, ser un hombre
que lleva un libro abierto entre las manos.
Buscar con mis palabras la palabra,
casarme, levantarme y merecer
el pan, la sal y el agua cada día,
y un justo bienestar para otras manos.
Ganar el buen amor y conversar,
tener silencios pulcros y leales,
y ser libres amando y presintiendo
que los hijos nos cogen de la mano.
Saber que no estoy solo en la tristeza,
que tampoco estoy solo en la alegría
y que también a mí puede alcanzarme
la mala soledad sobre las manos.
Pensar prudentemente todo aquello
que ya no tendré tiempo de escribir,
tomar un libro nuevo y esperar
y envejecer con Dios entre las manos.
ENRIQUE BADOSA
Poesía 1956-1971
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