Madrugué por ver el mar
y contigo estar a solas
y a solas poderte amar.
¡ Qué triste está la bahía !
rosa de niebla es el puerto
sin la luz que tu encendías.
La mar bate en mis orillas
despojos y caracolas
entre espumas amarillas:
y peces muertos ¡ qué pena
si así nuestro amor quedará
tirado sobre la arena !
Todo es silencio, un silencio
que solo rompen las olas
y el verde rumor del viento.
Un barco triste a lo lejos,
solitario cruza el mar
y se me adentra en el pecho....
Y tú tan distante, amor,
que ya np siente en mi pecho
ni el barco ni el corazón.
MARCOS ANA
Poemas de la prisión y la vida.
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