No se nos dio la voz
para olvidar el silencio
ni los vacíos tristes
de las horas del yermo.
Cuando nos llegue el paso
de la soledad cansada,
y las palabras nos muerdan
los labios que las prohiben,
nuestro deseo de bondad nos guarde
del todo mal.Así sea.
ENRIQUE BADOSA
Poesía 1956-1971
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