AQUÍ, lugar nocturno, soterrado
en soledad de tiempos venideros,
hay que afirmar el nombre de las constelaciones,
y ser cautos con todo lo que pasa.
Algo sucede más allá del viento,
y ya que padecemos la tiniebla,
recojamos, hablando quedamente,
el trigo matinal y el agua tierna;
demos el pensamiento, las manos y el amor
para recolectar el aire lúcido
que prospera en las altas lontananzas.
La luz del día seca en los relojes,
torvo el pan en las cestas derribadas,
el vino sin hondura, el agua triste
por los más abundosos manantiales,
y enfermo nuestro modo de estar solos.
Ahora en el temor de este lugar hundido,
desnudos y ceñidos de vergüenza,
pedimos Tu manera de pensar.
ENRIQUE BADOSA
Poesía 1956-1971
No hay comentarios:
Publicar un comentario