¿ Recuerdas aquel árbol, aquel día
que brabaste con pólvora y batalla,
tu nombre de soldado, tu porfía?
¿ Era en esta ciudad, fué en aquél río ?
En Brunete, en el Ebro..... Ya que importa,
Juan español firmaba con tu nombre y el mío.
También grabé yo al pié de la mañana,
a diente y corazón, sangre y machete,
roja insignia de indómita campana.
Que estéril y triste fue la cruz.
Hacia la noche, hermanos, los caminos
torcieron atrozmente. Se congeló la luz.
Y de tu sangre hermosa y de la mía
no nacieron los trigos esperados,
sino sangre y más sangre todavía.
Hermano de la patria y de la pena
tu corazón desnudo está conmigo,
cansado de la espada y la cadena.
Una palabra, amor, necesitamos.
Un grito claro, España, y todos uno.
El pueblo sufre y lo destruyen. ¡ Vamos !.
Digamos no a la Muerte, que la Vida
es el Amor, la Paz, la luz del Alba,
la Libertad que rota y malherida
entre escombros de sangre se levanta.
MARCOS ANA
Poemas de la prisión y la vida
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