Francho el Lelo, Así llamaban a Francisco Salinas en su pueblo, donde tenía fama de tonto. Pero hay famas muy mal ganadas. como verá el amable lector.
Viajaba Francho en un vagón de tercera, donde debía de pasar toda la noche, ocupando uno de los asientos del centro.
De pronto, se acercó al viajero que ocupaba el rincón y le dijo con aire misterioso:
- ¿ Quiere usted cambiar conmigo el asiento ?
Y antes que pudiera salir el interrogado de su asombro, añadió:
- Luego le diré a usted la razón.
El viajero, todo sorprendido y sospechando que se trataba de una cosa muy importanye, dejó maquinalmente el asiento y se trasladó al de Francho, con lo cual ésgte pudo dormir tan ricamente.
Muy de madrugada, como el otro viajero no había podido pegar los ojos y estaba ansioso por saber la razón que Francho había ofrecido decirle, le preguntó:
--- Y ahora, ¿ se puede saber por qué me ha propuesto usted el cambio ?
- Si, señor. Porque en este sitio se duerme mucho mejor que en el mío.
CHASCARRILLOS BATURROS
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