Una corbata siempre de buen gusto,
con la que conjurar la decisión
de la vulgaridad de última moda.
Las camisas y el traje a la medida
de no ofender a nadie con lo impropio.
El ademán pausado, parquedad en la voz,
el pelo con frecuencia en el buen orden
de una mano correcta y pensativa.
Los ojos adecuados en el gesto
de mirar a otros ojos con amor.
Pero de pronto un golpe que derrunmba
tantos siglos de civilización.
ENRIQUE BADOSA
Poesía 1956-1971
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