Con el traje de siempre,
con la blusa de siempre,
con el pelo de siempre
y de siempre el amor,
mis tumbos entretienen
el Gran Marionetista,
y se me va saliendo
el llanto del tacón.
Cuando me aprieta todo
yo bebo, bebo siempre,
con el traje de siempre
y de siempre el amar,
el amor está amargo
y me apaga la boca
con el agua del vino,
que me ahoga al manar.
Con el ansia de siempre
vuelvo a escribir sin tino;
hay un perro sentado
que me quiere encantar.
GLORIA FUERTES
Obras incompletas.
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