Hacia la vida voy. Mujer, te llevo
como un ala de lumbre a mi costado.
Tus manos junto a mí, cuenco dorado
de luz y de esperanzas donde bebo.
Oh, palmas clamorosas dondre pruebo
el frescor de tu río desvelado.
Honda rama de amor, dulce cayado,
descanso de mi sien, verde renuevo.
La fuerza de tu sangre en mis venas
un ímpetu de mar, y tu alegría
florece en las laderas de mis penas.
¡ Oh, lealtad, amor, roja energía
que puede con el muro y las cadenas
y hasta el viento de espaldas tumbaría !
MARCOS ANA
Poemas de la prisión y la vida.
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