A veces me sucede que no me pasa nada,
ni sangre ni saliva se mueve en mis canutos;
la mente se me para y el beso se me enquista
y a siglos con pelusa me saben los minutos.
El río es un idiota, un terrible obediente,
el mar sigue llamándole como a can hechizado
el mal esclavo húmedo, se arrastra por los suelos;
- ya se me están quedando los pies fríos -.
¡ Qué voz triste el trapero ! ¿ que tiene por su saco ?
El día se despeina, la Rufa está preñada,
la vaca de Pedrito me sigue haciendo señas,
y a veces me sucede que no me pasa nada......
GLORIA FUERTES
Obras incompletas.
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