Las floridas espaldas ya en la nieve,
y los cabellos de marfil al viento.
Agua muerta en la sien, el pensamiento
color halo de luna cuando llueve.
¡ Oh qué clamor bajo del seno breve !
¡ Qué palma al aire el solitario aliento !
¡ Qué témpano, cogido al firmamento,
el pie descalzo, que a morir se atreve !
¡ Brazos de mar, en cruz, sobre la helada
bandeja de la noche ! ¡ Sesos fríos,
de donde surte yerta la alborada !
¡ Oh piernas como dos celestes ríos,
Malva-luna-de-yelo, amortajada
bajo las ares de los ojos míos !
RAFAEL ALBERTI
Marinero en tierra
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