Vi llenos de humo los árboles,
ese humo no es libre hasta que ellos se queman:
los árboles abren sus brazos y temen
al trueno y al hombre que riega sus ecos.
Vi llenos de humo los árboles secos;
rebosando alma mis brazos remen
hacia la hoguera de aquel cementerio
de hombres como muñecos.
Mi cuerpo frágil de alma lleno,
mi alma presa hasta que yo la encienda
y ella pueda escaparse por mi seno,
marcha de mala gana por mi senda,
pensando en lo que es malo, pero bueno,
yo sangro por pecar y ella es la venda.
GLORIA FUERTES
Obras incompletas.
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