La niña rosa, sentada.
Sobre su falda,
como una flor,
abierto, un atlas.
¡ Cómo la miraba yo
viajar, desde mi balcón !
Su dedo, blanco y velero,
desde las Islas Canarias
iba a morir al mar Negro.
¡ Cómo la miraba yo
morir, desde mi balcón !
La niña, rosa sentada.
Sobre su falda,
como una flor,
cerrado, un atlas.
Por el mar de la tarde
van las nubes llorando
rojas islas de sangre.
RAFAEL ALBERTI
Marinero en tierra
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