Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle, del hombrer
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano esd luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas ¡oh, hermosa!,
sí, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Rimas y declaraciones poéticas
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