Todos somo ciegos en Granada,
tú, yo, y ése que se come su tajada;
esta noche la luna anda menguada,
pero a mí particularmente, no me importa nada.
¡ Malhaya quien sólo se esmera
por ser topo de golpe o escalar por la lendrera !
¡ Bendito tú,
ser luciente,
que das la sal por la arena
o el azúcar por un niño.
- ¡ Por eso yo te doy el pimentón ! -
¡ Bandecido sea quien deja lo que ama por iluminar
....... aunque pueda morir Uno de Oscuridad......
¿ Qué importa si quedan once apóstoles
y no muere el Maestro ?
GLORIA FUERTES
Obras incompletas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario