Un poema que imite
lo que vas a sentir cuando lo leas;
que diga al mismo tiempo
lo que siempre has pensado
y lo que nunca hubieses podido imaginar.
Un poema en el que las palabras
floten igual que el humo
de un papel
que se quema;
que suene como alguien
que habla de tí en sueños;
que pueda ver en la oscuridad.
Un poema que beba de tus ojos,
que te espere despierto,
que salve las distancias,
que no te deje ir.
Un poema que te ha reconocido.
Un poema que ayude a pasar página.
Un poema que guarde un minuto de silencio
por lo que nunca se debió callar.
Un poema que sea imprevisible,
que diga otra cosa al leerlo otra vez.
Un poema que luche por las causas perdidas,
que se meta en la boca del lobo junto a tí.
Un poema que fue la pieza que faltaba;
que está escrito en la palma de tu mano;
que te deje secuelas;
que te arme de valor.
Un poema que sea más fuerte que el olvido.
Un poema que el tiempo ya no puede vencer.
BENJAMÍN PRADO
Ya no es tarde
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