Ondean las banderas cebadas de viento,
en alerta las cuestiones,
remolinos de incertidumbre,
silbidos y papeles alborotados.
Mis jugos internos agitados como cañones de río
cuando saben de verte.
No hay mañana que no aparezcas
ni esfuerzo que la pena me rechace.
Mientras,
seguirán dejándonos en evidencia las notas que por descuido
nos cuentan un millón y medio de intenciones.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano
2016
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