Atácame de desierto y estrellas desvanecidas en imágenes
como ríos desbordados de noches azules.
Que te reconozcan otros en la desgana,
el desacierto y la desidia.
O en el tiempo, cuando toque lejanía.
A mis pies, una manzana oxidada con restos de alguien
que amó tanto el deseo como el dolor,
guardándose hambre entre los dientes,
a sabiendas de que llegaría el momento de partir de nuevo.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
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