Sabes a sorpresa,
aprendí de tí que no hay espera.
Nunca antes me reconocí tan viva,
o no supe darme cuenta.
Te dibujé mi recuerdo,
me ganaban todas y cada una de tus torpezas.
De inquietarme sabes, como agua fresca,
y de crecer fuerte como enredadera.
Soy yo la que aún te mira de una manera extraña,
como si no quisiera verte tan cómodo,
como si tan fácil me asustara.
Mientras tanto,es la tercera semana que atardece
y aquí seguimos, en la curiosidad de seguir dándonos vueltas.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
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