Donde solo sea insomnio,
donde tal vez herida,
tus ojos cristales de lava,
y no haya escritura ni leyes.
Donde me cambien de piel
y a tí de tiempo,
mi corazón se quede sin vergüenza,
llenando el tuyo de verdades,
y aquel anciano me saque los colores al decirme "bonita".
Donde la marcha sea una excusa para volver,
donde el olvido nos retome
y nos haga el deseo la guardia.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
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