El piano se ha cubierto de polvo.
A veces, de camino a la cocina, toco un par de notas
cuando, por sorpresa, aparece algo bonito,
te veo ahí sentado a mi lado.
Tu nombre a veces duele y otras me libera,
tus cosas a veces me reconfortan por saberse cerca y otras me pesan
como si sostuviera libros mojados con los brazos abiertos,
como la equilibrista que a un lado guarda recuerdos
y al otro corrientes de vida
que se nos abrieron de golpe enfriándonos la garganta,
tanto que ni siquiera nos reconocemos al llamarnos.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario