Que nunca se es dueño de nadie.
Mira a los hombres que son verdaderamente hombres
por ser cómplices de la vida,
por llenar de luces el camino de "tú y yo",
de "nosotros".
Y que son libres porque nosotras lo somos.
Y grandes a más grandes y más bonitas nosotras.
Tú no sabes lo que es acariciar por dentro,
dejas frustación y pena
por cada esquina de lo que empezó siendo un hogar,
no eres capaz de sostener una mirada limpia.
Te desbordas en excusas carentes de argumentos.
Ójala lloviera dos inviernos seguidos para borrar
cada huella tuya que rompió a doler en algún cuerpo.
Y nunca más.
Ójala en algo te llegue y se te vaya la fuerza a los pies
para nunca más volver.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
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