Alfombras de rosas rojas para la libertad que predicas.
Silencia cada una de las conquistas que te hicieron del motín
con todas sus vertientes en el desván de los egos.
Pocos saben distinguir entre lo que parece tuyo y lo que ciertamente es.
Nunca a salvo de buitres carroñeros que solo buscan saciar su sed y limar sus uñas.
Del trabajo a tu casa un viaje de vaivenes.
Y siguen empujándote hacia abajo los hombros,
dejando todo derramado y sucio.
Cierra la maleta cargada de culpas y suda.
Suda la vida,
el deseo,
la templanza,
te quieros y lo sientos,
despedidas,
desvelos,
locuras,
intransigencias,
palabras irreverentes.
Suda besos robados,
besos cómplices.
Suda amigos perdidos,
lugares deshuesados,
ruinas de amantes.
Suda ponerte en la boca de otra,
nostalgia y laberintos,
terremotos de veranos exprimidos,
noticias valientes,
tus manos en mi ombligo.
Suda la muerte,
los portazos,
alguna que otra nana,
y suda todas y cada una de las noches que te perdiste en el camino.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario