Tu recuerdo me dejó libre,
libre para volver a ser nada tuyo.
Una carta olvidada en algún cajón,
el regalo que jamás te hice.
Libre de mi habitación.
Libre de todas y por todas las avenidas que anduve contigo.
Libre de comprender que, más allá de la multitud,
hubo un tuyo y un mío, pero no un conmigo.
Tu recuerdo dejó libres a los perfectos idiotas que nadie aguanta,
libre de nacimientos y de imágenes,
libre de pensamiento, palabras e intenciones.
Sorprendentemente libre.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano.
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