Cuántas veces Dios se acordará
de aquel Silencio de antes,
de aquel silencio que hubo que ni Dios aguantaba,
- el silencio culpable de que estemos ahora-,
cuando perdió su calma y arañando la tierra cogió barro y nos hizo,
y se acabó el silencio,
y empezó el alarido
sólo a veces variado por un piar muy leve
cuando amamos dormidos.
GLORIA FUERTES
Obras Incompletas.
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