A veces quiero preguntarte cosas,
y me intimidas tú con tu mirada,
y retorno al silencio contagiada
del tímido perfume de tus rosas.
A veces quise no soñar contigo,
y cuanto más quería más soñaba,
por tus versos que yo saboreaba
tú el rico de poemas, yo el mendigo.
Pero yo no adivino lo que invento
y nunca inventaré lo que adivino
del nombre esclavo de mi pensamiento.
Adivino que no soy tu contento,
que a veces me recuerdas,
imagino,
y al írterlo a decirt mi voz no siento.
GLORIA FUERTES
En Isla Ignorada.
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