Pero no oías,
pero tú no oías.
El aire levantaba su alta torre;
levantaba el amor su alta veleta.
Pero no oías.
La caricia del Norte silenciosa,
la caricia del Este atormentada;
pero no me oías,
pero tú no me oías.
Y el aire, más alto que los dos,
tan asombrado,
caliente nos miraba.
ANTONIO GALA
Poemas de amor.
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