Por lentos corredores,
lóbregos pasadizos, subterráneos
húmedos en los que la gloria
había perdido la batalla.
Por salas abolidas donde el aire no existe,
por arpilleras a través de los cuales
el aire se adelgaza.
Sobre el mar estaño y plata y plomo,
Laocoonte furioso en la bahía.
Bajo los árboles eb flor cuyo testimonio
nadie busca y son los únicos testigos.
Junto a flores insólitas
cuyo nombre suena a abalorios.
Apoyados contra las piedras corroídas
al pie de los aleros y los anchos balcones....
Soñando ya en volver
antes de habernos ido.
ANTONIO GALA
Poemas de a mor.
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