En busca de las trece tumbas
de emperadores muy antiguos,
cruzo un paisaje florecido y joven.
Cuánta serenidad bajo la luz eterna.
El poder nada garantiza;
nada asegura la vida, ni ella misma.
Transcurrió la grandeza.
Muertos yacen, olvidados sus nombres,
los miembnros de las altas dinastías.
Los vivos una efímera ventaja
tenemos sobre ellos,
y la certerza del final.
En busca tuya, ausente,
tenso el camino que me ata
a tus fúlgidas alas.
Ingenuo como un muchacho antiguo,
el panorama indiferente brilla
en biombos verdes y en armarios de oro.
El amor se estremece,
celeste y desahuciado,
bajo las golondrinas.
ANTONIO GALA
Poemas de amor.
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