Señor, Señor,
muchacho en agonía,
tus heridas mejoran las mías.
¡Qué poder ese licor
-cocktail de llanto y de sangre-
que emana de tus ojos
y emborracha de fe
a quien salpica¡
Fusilado en un leño,
Hombre barbado
adolescente eterno
de poder Poderoso,
que conviertes mi cruz
en paz y gozo.
Sígueme dándome fuerza
brújula y guía,
para seguir queriendo ( como Tú a quien me crucifica).
Señor, Señor,
muchacho en agonía,
tus heridas mejoran las mías.
GLORIA FUERTES
Mujer de verso en pecho.
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