Hay un perro que ladra,
como un serrucho grande que serrase el tronco de la noche.
Hay un gato que maulla,
como muerto de amor sobre el tejado de mi alcoba;
hay un escalofrío general en mi cuerpo,
como si alguien pasase la lengua por mis cuadros.
Hay un cínife loco que se da bofetadas contra la lamparilla.
Y hay una soledad llena de seres
que abren y cierran puertas y ventanas
mueven papeles y alzan los visillos
y hay un muerto de miedo sobre mi cama.
Y hay algo que no hay entre las patas de mi silla.
GLORIA FUERTES
Poeta de Guardia
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