Hueso de San Fructuoso
preside el altar mayor,
y las piedras de la nave
del siglo catorce son.
Hay un cristo que dapena,
y le crece la melena>;
y en el coro de telarañpas
-las más antiguas de España-.
Una vieja se confiesa
-lo de siempre-, y atraviesa
por el atrio un monaguillo
-lleva de anís un pitillo-
y me mira entusiasmado.
En un lado una pila bautismal
que vale cuatro millones
y fuera, los aquilones
de una noria con un burro;
se empieza a oir un susurro,
el rosario ha comenzado,
y en gótico retablo
donde Jesucristo llora,
el oro es más oro ahora
(y fuera, el oro del trigo
repite lo que yo digo.)
GLORIA FUERTES
Poeta de Guardia
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