El aire del pueblo olía a bizcocho.
Las casitas de turrón,
las tejas de chocolate;
ventanas de mazapán
y las puertas de guirlache.
De azúcar las escaleras
y de tarta los balcones,
el suelo de caramelo
y de chicle los salones.
Los muebles son de galleta
y el techo de polvorones.
Las camas todas de flan,
la almohada de mantequilla,
los libros de hoja de hojaldre,
la piscina de natillas.
Pueblo de dulce. ¡ Qué empacho!
(Las farmacias en la esquina)
GLORIA FUERTES
Antología de poemas y vida.
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