Tú .... tiempo,
mi terapia, mi droga,
el alivio a mis lamentos,
a mis roces cotidianos,
a mis desnudos días.
Tú.... tiempo,
mi amigo y consejero,
el timón de mi barco,
el calor de mis áridas noches.
Tú.... tiempo,
mi almohada, mi refugio,
te revelas,
abriéndome los ojos
al dolor palpable,
y toco mi carne en carne viva,
y siento cómo muero entre tus horas,
como callejeo en tus segundos,
enmudeciendo de estupor
ante tu altivo porte
y tu soberbia.
MARIOLA NAVAL BERNARDÓ
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