A UNA FICHA DE TELÉFONO
El oro humilde tiene y fatigado,
hoja de octubre, voz de sólo un día.
La orden sólo de amor la encendería,
que ni aquí está, ni allí, ni en otro lado.
Así yo fuera, mudo y retirado,
posibilidad sólo, brasa fría,
con una saeta al norte de mi estría
y un deseo en el aire aposentado.
¿A qué puerta llamó que no se abriera
este gastado sol, y qué morosa
siega olvidó esta espiga ya sin trigo?
O quizá no fué así, pues primavera
también volvió en otoño, deseosa
de ser tuya, de hablar, de estar contigo.
ANTONIO GALA
No hay comentarios:
Publicar un comentario