A UNA MÁSCARA QUE HIZO CON ESCAYOLA PINTADA
La boca te torció risa insegura,
mejilla arriba rota y desangrada.
Si verde, estás madura y no tomada,
clara y negra a la vez, casta e impura.
Las cuencas sin mirar de tu locura
ni una lágrima vierten consolada,
y por tu frente mal equilibrada,
mártir y hoguera, la avidez perdura.
Helitropo desmáyese en tus sienes
y genciana y magenta ocultos quedan
detrás de tu terrible anatomía.
Dime, amiga, qué amor o qué odio tienes,
pues a mi corazón quizá le puedan
tu verdad adiestrar o tu fantasía.
ANTONIO GALA
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