RETORNOS DEL AMOR EN UN PALCO DE TEATRO
Fuera, en la sala, músicas y luces,
fingido amor, amor que se da en yelo,
en letra muerta, aunque aparentemente
cante sangrando el corazón la vida.
Apagado, llegaba entre cortinas,
oros falsos y rojos terciopelos, el grito
del héroe agonizante a la secreta sombra
del antepalco en donde
el amor verdadero, sin palabras,
sin preparados gestos, sucedía.
Eran dulces las manos y los ojos
adivinados, la tibieza umbrosa
de la piel, las rizadas
oscuridades y el silencio lánguido
en la amorosa escena
que los dos, sin aplausos, ofrecíamos
tan sólo al goce de un espejo mudo.
¡Ah, gracia de los años, maravilla
de ofrecerle al amor cualquier penumbra,
la de un coche, una esquina solitaria
o la de un palco de teatro mientras
puede, sin verla, pasar hasta la muerte!
RAFAEL ALBERTI
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