En horizontes tan largos,
me soplan los aires cortos,
los aires de pies ligeros,
los aires finos,
de pies quebrados.
Vuelvan a mí, siempre ágiles,
veloces, tenues, livianos.
Nada pesa, suspendido.
Vuela el árbol.
El bañado está en el aire,
por el aire los caballos.
El río pende del cielo.
Y todo el campo.
El hombre, un pájaro apenas.
Y la mujer, un vilano.
(Apenas casi un vilano)
Para cantar lo que el aire
lleva casi sin llevarlo,
volved a mí, finos aires,
los aires cortos, ligeros,
de pies quebrados.
RAFAEL ALBERTI
Baladas y canciones del Paraná
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