Albor. El horizonte
Entreabre sus pestañas
Y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina
De las cosas. La rosa
Se llama todavía
Hay rosa, y la memoria
De su tránsito, prisa,
Prisa de vivir más.
A largo amor nos alce
Esa pujanza agraz
Del instante, tan ágil
Que en llegando a su meta
Corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
Yo seré, yo seré.
¿Y las rosas? Pestañas
Cerradas: horizonte
Final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.
JORGE GUILLÉN
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