Por mi casa sin amo
suena un instrumento que aún no se ha inventado.
Y alguna vez consigo ver a un diablo
con una regadera llena de vino blanco.
De noche, alguien se queja por mi lado.
¡Aves del otro mundo
se vienen a morir a mi tejado!
De madrugada, el silencio es demasiado.
Luego vuelve a sonar el instrumento desafinado.
¡Mi cuarto de soltera está embrujado!
GLORIA FUERTES
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