SIN nadie, en las balaustradas,
mi niña virgen del mar
borda las velas nevadas.
¡Ay que vengo, que yo vengo
herido, en una fragata,
sin nadie, mi vida, huyendo
de tu corazón pirata!
¡De prisa, mi marinera!
Que un jirón de tu bordado
haga que yo no me muera.
RAFAEL ALBERTI
Marinero en tierra.
Sobre los ángeles
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