Viven mucho.
Algunos no tienen nada más que años.
Algunos nunca tuvieron nada.
-Algunos tienen hijos casados en buena posición-.
Otros tienen un cáncer calladito,
la mayoría padece locura senil
y guardan estampitas de la Virgen.
Allí están solos
y aún vivos,
solamente esperando.
Viven mucho.
Valen tan poco que ni la muerte los quiere.
GLORIA FUERTES